El Laser de alto poder en Odontología

laser-odontologicoSeparando el mito de la realidad

Por: Dr. Julio Lomelli, Venezuela

Los orígenes de la aplicación de láseres en medicina y odontología se remontan a la década de los años 60 y 70 cuando se introdujeron los primeros sistemas láser al mercado. Las experiencias iniciales fueron positivas pero la falta de experiencia y casuística dejaron muchos interrogantes y sembraron leyendas contradictorias sobre la efectividad y seguridad de estos sistemas.

En los 90 se presentaron al mercado nuevas generaciones de estas tecnologías que tomaron ventajas del avance de los sistemas computarizados y de mejoras en diseño y practicidad para el uso de este equipamiento, permitiendo al operador poder disponer de parámetros de trabajo más confiables y efectivos.

Con el nuevo milenio los equipos láser se masificaron para su consumo en estética y otras aplicaciones y gracias al consenso poblacional de que los láseres eran portadores de medicina de avanzada lograron que su consumo se expandiera a muchos miles de sistemas instalados en odontología.

En los últimos dos años la industria se ha focalizado en incorporar a los nuevos equipos aquellas modificaciones que los usuarios han estado deseando, proveyendo equipos más pequeños y ultrarápidos con cada vez más aplicaciones que deslumbran tanto a pacientes como profesionales.

La existencia de tantos tipos de longitudes de onda (tipos de láser) y diversidad de generaciones de equipamiento de distintas características ha sembrado confusión. Es nuestro propósito de repasar las principales dudas que los profesionales tienen respecto de esta tecnología para poder diferenciar los mitos de la realidad que rodea a los láseres de alto poder en odontología. Este análisis contempla la opinión de muchos profesionales latinoamericanos usuarios de este tipo de equipamiento. Si bien estas opiniones pueden diferir en cierto grado en función de la especialidad del profesional o del perfil de la clínica donde el equipo está instalado, podemos decir que existen ciertas “verdades universales” que aplican a la gran mayoría. Este análisis comprende específicamente a los láseres de Erbio:YAG y Neodimio:YAG que están entre los más reconocidos en odontología.

Veamos entonces cuales son los puntos clave que expliquen las diferencias entre mitos y realidades de esta innovadora tecnología:

Mito: Es una tecnología con aplicaciones muy limitadas.

Realidad: En la práctica cotidiana de odontología general alrededor del 80% de los pacientes poseen patologías en las cuales son tratados con láser de alto poder. En algunos casos se utiliza solamente el láser y en otros se realiza en forma combinada con los métodos tradicionales. Es común escuchar a usuarios de estos sistemas diciendo que ya “no podrían trabajar” si no disponen de su equipamiento láser. No es un problema de que el láser sea adictivo, sino que representa un pilar fundamental para tanto mejorar los resultados de procedimientos ya existentes como para innovar en soluciones que hasta el momento solo el láser puede proveer con efectividad. Los láser de Erbio y Neodimio son rutinariamente utilizados en una amplia gama de tratamientos que incluyen a los siguientes procedimientos:

  • Caries de todo tipo en pacientes de toda edad
  • Hipersensibilidad de cuellos expuestos
  • Ablación de resinas
  • Herpes simplex
  • Osteotomía
  • Leucoplacia
  • Abordaje para pulpectomía y pulpotomía
  • Opérculos
  • Remoción de fibromas
  • Descubrimiento de implantes
  • Sellado de canalículos dentinarios expuestos en caries profunda
  • Frenectomía y Frenilectomía
  • Gingivectomía y Gingivoplastía
  • Hiperplasias por prótesis mal adaptadas
  • Sensibilidad en preparación de coronas
  • Granulomas
  • Melanosis
  • Aftas
  • Alargamiento de coronas
  • Hemostasia
  • Papilectomía
  • Retracción gingival para impresiones
  • Profundización de surco vestibular
  • Biopsias
  • Drenaje de abscesos
  • Desinfección de cavidades y bolsas periodontales
  • Desinfección de endodoncias

Algunas técnicas modernas han expandido el uso de los mismos al tratamiento no invasivo del ronquido, también denominado roncoplastía láser y a procedimientos de estética orientada a la excelencia en diseño de sonrisa que incluyen el blanqueamiento dental, la remoción de hemangiomas labiales, el desvanecimientos de arrugas peribucales y al aplanamiento del pliege nasogeniano.

 

Mito : Son equipos lentos y que solo pueden realizar caries pequeñas

Realidad : Este concepto es heredado de las primeras generaciones de láser que disponían de poca potencia y que no incorporaban los últimos avances tecnológicos. Hoy el láser de Erbio que transmite su energía al paciente por medio de un brazo articulado es capaz de producir una velocidad de ablación que supera al de la fresa. Esto se logró porque la investigación y desarrollo en tecnología láser han permitido generar pulsos de luz muy cortos (de 50 microsegundos) que permiten aumentar dramáticamente su velocidad ablativa. Al no requerir de anestesia, muchos de los tratamientos de caries pueden finalizarse en el tiempo que tradicionalmente tomaba el proceso de anestesiar al paciente. Actualmente las potencias disponibles son también el doble de lo que originalmente se ofrecían al mercado, aumentando así también su performance.

El Erbio es efectivo en todo tipo de caries. La caries profunda no es un obstáculo para el efecto ablativo del láser, sino que por el contrario, el tejido involucrado en este tipo de casos es más fácil de remover que el del esmalte cuyo contenido de agua es muy bajo. Es estos casos solo se debe ser precavido en regular la potencia para evitar que el paciente, que no está anestesiado, sienta molestia durante el tratamiento.

 

Mito : El láser es una tecnología que tiene una vida útil limitada

Realidad : Al igual que un carro, un láser requiere de un mantenimiento periódico y en la medida que se siga un régimen anual de chequeo del equipo se puede disponer de un sistema operativo para el largo plazo.

Lo que ha creado confusión sobre este tema es que existe un tipo de láser que representa la excepción a esta regla. Son los láseres de diodo (utilizados para tratamientos de tejido blando) que si bien tienen la ventaja de no requerir mantenimiento, suelen tener una vida útil limitada. El problema de estos equipos es que el componente principal donde se genera la luz láser no puede ser reparado y debe ser totalmente reemplazado a un alto costo.   Esto no ocurre con el Erbio y el Neodimio en los cuales puede accederse al reemplazo de componentes individuales que se dañen, permitiendo un costo accesible para su mantenimiento. Actualmente existen innumerables profesionales tanto en México como en el resto de latinoamérica que operan sistemas láser de Erbio y Neodimio que tienen más de 10 años de uso, lo cual da prueba fehaciente de su longevidad.

 

Mito : Si se incorporan estas tecnologías se deben subir los precios de los tratamientos

Realidad: El ingreso al consultorio de un láser de estas características trae a la práctica fuertes cambios en el proceso de captación de pacientes. El proceso de boca en boca por el cual los pacientes transmiten su satisfacción a familiares y conocidos genera un crecimiento de nuevos pacientes en forma constante. La experiencia de las clínicas con láser muestra que no es recomendable aumentar los precios en esta primer fase de crecimiento para mantener libre de obstáculos la difusión y aceptación de los nuevos servicios que el centro odontológico láser ofrece. Una vez alcanzada la meta de tener una larga agenda de turnos completos se puede ingresar a una segunda fase de consolidación en la cual se modifican los precios de los servicios prestados optando así por una política más selectiva de pacientes con mayor poder adquisitivo. Algunos centros prefieren encaminarse por estrategias más agresivas orientadas a generar volumen de pacientes y deciden incrementar la capacidad de atención (agregar más unidades dentales) prefiriendo no modificar precios.

 

Mito : Los láseres son puro marketing que no adicionan grandes beneficios clínicos al paciente.

Realidad : Por supuesto que esta tecnología ofrece una excelente herramienta de mercadeo, ya que todo paciente desea ser atendido sin ruido ni vibraciones, sin pinchazos, sin anestesia y con un post tratamiento agradable. Más allá de todos los beneficios psicológicos que esto pueda aportar para el paciente, el láser ha aportado excepcionales mejoras en la calidad del tratamiento que puede realizarse. Es oportuno aquí mencionar algunos ejemplos de estas:

  • Control de la sensibilidad: La hipersensibilidad de cuellos expuestos es un tema de muy frecuente consulta y de difícil resolución. El láser aporta, en solo una sesión, una revolucionaria solución inmediata y definitiva en un tratamiento de pocos minutos de duración y que es efectiva en el 100% de los pacientes. De la misma manera, utilizamos el láser para preparar un diente vital que recibirá una corona, eliminando así las molestias que pueden llevar a un tratamiento de conducto. Lo mismo aplica en tratamientos de caries profunda, eliminando así repetidas consultas y la necesidad de más tratamiento para eliminar la molestia que la sensibilidad genera.
  • Desinfección : El tratamiento odontológico presenta una constante batalla contra las bacterias, quienes siempre interfieren, evitando la obtención de un tratamiento exitoso. Por la compleja anatomía de la arquitectura dental los medios químicos han mostrado grandes limitaciones para lograr su objetivo.   Tanto el láser de Erbio como el Neodimio han demostrado propiedades especialmente indicadas para una efectiva desinfección. En los tratamientos de tejido duro y caries el Erbio actúa vaporizando tejido. En dicho proceso foto-térmico las bacterias son eliminadas dejando cavidades desinfectadas que nunca presentan recidiva. Por su parte, la profunda capacidad desinfectante del Neodimio permite actuar sobre sacos periodontales para eliminar la contaminación y reducir su profundidad lo que permite muchas veces evitar la necesidad de curetajes abiertos que requieren de mayor recuperación e inhabilitación del paciente. En endodoncias, el Neodimio nos ofrecen la posibilidad de ingresar al canal gracias a una delgada fibra de 200 micras y emitir una luz que penetra profundamente para poder alcanzar los pequeños y tortuosos conductos laterales y deltas apicales donde residen las bacterias. El procedimiento es rápido y elimina la necesidad de revisitas. Estas mismas características son también aplicables a la prevención y tratamiento de peri-implantitis.
  • Reducción de sesiones: Al no requerir en la mayoría de los casos de la aplicación de anestésico, el laser permite poder trabajar todos los cuadrantes en una sola sesión, reduciendo con esto el tiempo improductivo de los pacientes que deben acudir a repetidas citas y eliminando el costo de múltiples traslados hasta el centro de atención para finalizar un tratamiento. En los casos de caries ya hemos destacado que el láser además de remover el tejido comprometido ofrece también la ventaja de desinfectar el área tratada. Esto por lo general beneficia en evitar recurrencias de la patología en la zona afectada. En los casos que requieren tratamiento combinado de tejido blando y duro aprovechamos las propiedades de corte y coagulación instantánea ofrecida por el laser de Neodimio para de esta manera no requerir de esperar la curación del tejido blando y procedemos en la misma sesión a utilizar el Erbio en tejido duro. Esto reduce nuevamente el número de sesiones para finalizar un procedimiento que normalmente requeriría un tiempo de curación para el tejido blando tratado antes de avanzar con el procedimiento sobre el tejido duro.

 

Mito : Los láseres son riesgosos y pueden causar cáncer

Realidad:  Dentro del espectro de longitudes de onda hay ciertas zonas como la ultravioleta en la cual se puede encontrar luces que afectan el crecimiento celular. Tanto el laser de Erbio como el Neodimio caen fuera de esta zona estando ubicados en la región infrarroja y su uso no representa ningún riesgo.

En términos de seguridad operativa podemos decir que el láser de Erbio es mucho más seguro que una fresa si tenemos en cuenta que :

  •  Con el láser se minimiza el uso de anestésicos, reduciendo así los riesgos de shock anafiláctico
  • La velocidad y profundidad de acción del laser no depende de la presión manual ejercida por el operador (como es el caso de la fresa) sino que se regula en forma controlada y constante desde el panel de control.
  • Con fresa y con láser se utiliza un espray de refrigeración. Al utilizar con el láser la pieza de mano de no contacto se elimina el obstáculo que obstruya el flujo de espray (como ocurre con la fresa) y por lo tanto no se producen picos de calor que puedan generar procesos de pulpitis.
  • El rayo del láser ofrece también gran control sobre su acción en el tejido. Esto se evidencia en forma comparativa con la fresa ya que si al estar trabajando sobre tejido duro la misma contacta algún tejido blando adyacente como ser labio o lengua el daño es inmediato y generalmente severo. Esto no ocurre con el láser, ya que si este contacta inadvertidamente un tejido blando contiguo el daño se limita mayormente a pocas micras que no son siquiera percibidas por el paciente y no dejan secuela traumática de ningún tipo.
  • Quizás el punto más importante a considerar es que cuando un paciente está siendo tratado con láser se crea un valioso vínculo de comunicación entre paciente y profesional que permite anticipar daños no deseados. Esto ocurre ya que el paciente no está anestesiado y es instruido de informar si percibe cualquier molestia o dolor. Con esta metodología el odontólogo puede evitar un daño innecesario a tejidos sensibles (como la pulpa) eliminando así las complicaciones post tratamiento. Cuando se trabaja con fresa y anestesia no es posible realizar este proceso preventivo de retroalimentación.

 

Mito : Los costos operativos y de mantenimiento de estas tecnologías son muy altos

Realidad: El origen del concepto de altos costos operativos se remonta a los primeros equipos láser de Erbio que fueron comercializados cuyo diseño incluía el uso de una fibra para transportar la luz generada en el láser hasta el paciente. Estas fibras no solo son muy delicadas sino también de muy alto costo, lo cual transforma a estos equipos en sistemas difíciles de mantener operativos en forma rentable. Actualmente la mayor parte del mercado consume sistemas de Erbio con un sistema de transporte de luz robusto y económico. Estos equipos están diseñados con brazos articulados construidos en metal y no requieren de calibración, mantenimiento o reposición y han eliminado el riesgo inherente a la rotura de fibras costosas. Este sistema láser fue diseñado para no requerir consumibles rutinarios en cada tratamiento, aunque como todo equipamiento de alta tecnología requiere de un mantenimiento periódico para su buen funcionamiento. Los usuarios de estas tecnologías experimentan que los costos asociados a dicho mantenimiento anual son similares a los ahorros obtenidos en la fuerte disminución de consumo de suturas, anestesia, jeringas, agujas, grabado ácido, gasas y otros materiales que el láser no requiere para su funcionamiento. En resumen, el uso de esta tecnología no presenta costos incrementales operativos gracias a la reducción de consumibles que el mismo láser posibilita.

Es importante concluir estos comentarios resaltando que el láser no ofrece un substituto al arsenal de excelentes herramientas que el odontólogo dispone hoy, pero sin duda brinda un soporte tecnológico de mucho valor que abre un nuevo horizonte en la calidad y variedad de trabajo que el odontólogo puede ofrecer a sus pacientes. La búsqueda de la excelencia profesional ya no puede lograrse por mera destreza manual. Vivimos en un mundo donde la alta tecnología se combina como aliado perfecto del profesional visionario que sabe responder a las necesidades de sus pacientes. En todas las especialidades de la medicina el avance inexorable de los tratamientos menos invasivos, indoloros y con post operatorios breves marcan el estándar de la práctica exitosa. El láser en odontología ha superado todos los mitos que lo precedían y es capaz hoy de elevar la práctica dental a un nuevo nivel de éxito para beneficio de profesionales y pacientes.